domingo, 8 de enero de 2012

Debate en Saint Anselm College



El debate de anoche fue la confirmación de que Romney está ya a otro nivel. Una noche fácil para él. Ignoró en gran parte a sus rivales y se concentró en convertir cada respuesta en una crítica a la dirección actual del país. Volvió a ser el gerente de negocios bien informado que tiene respuestas frías y efectivas, pero también el líder político con destreza para desenvolverse en los medios.

Recibió menos ataques de los esperados y repelió bien los que le llegaron. Gingrich cuestionó su trayectoría en el sector privado, citando una información del New York Times, según la cual, Bain Capital, la firma de inversiones que Romney lideró en el pasado, había conducido a la quiebra a una planta de acero. Romney desechó la acusación despreciando el origen de la cita, que no tiene buena reputación entre la base conservadora: "no me sorprende que el New York Times someta a juicio el sistema de libre empresa." Mantiene que Bain tiene un balance general de 100,000 empleos creados.

Huntsman criticó la línea dura que ha adoptado el front-runner hacia China. Le acusó de incitar al proteccionismo en un momento en que no se pueden permitir el lujo de una guerra comercial. Romney respondió que lleva una década escuchando el argumento de que una guerra comercial perjudicaría a los pequeños negocios, y enfrentó a su rival con la base del partido recordándole que, mientras él servía a Obama en Pekín, los demás estaban en EEUU ayudando a elegir candidatos republicanos en las midterms de 2010.

La renuencia a meterse con Romney fue más evidente en Santorum. Quizá esté pensando en la Vicepresidencia. Situado en el centro del escenario por primera vez, tuvo una actitud menos belicosa que en los mítines y las entrevistas. Sólo en la última parte del debate cuestionó a Romney por los mandatos de la reforma sanitaria de Massachusets, el rescate financiero de Wall Street y la política medioambiental. También tuvieron diferencias sobre el tipo de liderazgo que necesita América.

El debate fue más un reflejo de lo que es en estos momentos la competición en New Hampshire: una pelea por ver quién queda segundo, para ser el anti-Romney definitivo. Hubo choques entre varios candidatos, quedando Romney al margen. Los más llamativos tuvieron a Ron Paul como protagonista. El Congresista se ratificó en que Gingrich es un "gavilán pollero" por no haber combatido en Vietnam y eso dio lugar a la pelea más enconada de la noche. Paul también cuestionó que Santorum sea un verdadero conservador y le acusó de corrupción en su etapa en el Senado.

Rick Perry, que hace tiempo que renunció a competir en New Hampshire, fue el único que se atrevió a romper esquemas en algunos asuntos. Llamó a ordenar el inmediato retorno de las tropas a Iraq para disuadir los intentos de Irán de controlar el país. "La idea de que permitamos a los iraníes regresar a Iraq y apoderarse del país, con todos sus tesoros, con toda la sangre y dinero que hemos gastado allí, creo que es un enorme riesgo para nosotros". ¿Un guiño al votante militarista de Carolina del Sur?



Continúa: Parte 2 / Parte 3 / Parte 4 / Parte 5 / Parte 6 / Parte 7 / Parte 8

2 comentarios:

Juan dijo...

Muy buen debate para Ron Paul, con el mejor y más emocionante momento del mismo cuando después de que el mentiroso egocéntrico Gingrich suelte una perorata sobre su padre haciéndose el indignado Ron Pau dice "Yo estaba casado, con dos hijos, y fui". Silencio absoluto, y aplauso.

eusko libertarian dijo...

si tener esposo/a he hijos sirviese de excusa para no ir a la guerra,,,el ejercito de EEUU y de muchos paises estaria bajo minimos

Gringrich cobarde..quieres bombardear paises mientras te escondias tras las faldas de una de tus esposas en su epoca